Quizás sea difícil de explicar. Pero es fácil de entender. Verás, en mi opinión, casi todo el mundo nace predestinado a conocer a una persona, a esa persona. Desde el día que llegamos al mundo, ponemos en marcha un contador, que no cesa hasta que damos con alguien, con ese alguien. Cada persona tiene designado un hombre o una mujer de esos que verán en ti, lo que para lo demás es invisible. No sé si voy por buen camino, si sabes de qué te hablo… Quiero decir, que siempre va a haber una persona en el mundo, que tendrá que cruzarse en tu camino, y cuando lo haga, tendrá la cualidad de ver reflejado en ti el amanecer más bonito que podrías imaginar. Cada chica debe encontrar a ese hombre que la verá bonita incluso cuando llegue de bailar a las seis de la mañana. Y cada hombre debe encontrar a esa mujer a la que le gusta más la idea de pasarse la vida escuchando sus ronquidos mientras duerme que la idea de tener un armario como el de Carrie en Sexo en NY. Y te aseguro que, al final, siempre se acaban encontrando. Como dos trenes que discurren por la misma vía en dirección contraria desde diferentes puntos, pero con un mismo destino. El choque será brutal. Y en muchos casos, lo brutal es para siempre.
¿Sabes que es lo único que necesito ahora?. Poderte confesar que me tienes loca.
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