¿Suerte? ¿Efectos especiales? ¿Dotes sobrenaturales? ¿Un pacto con el diablo? ¿Cual es la extraña atracción que une a Casillas con los palos?. No. Le apodan el SANTO y es por algo. Le basta una mirada fugaz, un vuelo imaginario, escorzos mentirosos o imitar la mímica de una estatua. Asumanlo, es capaz de llegar donde no lo hace nadie pero tambien de estrechar las porterías o reducir los travesaños. 146 palos en 428 partidos oficiales contemplan la obra divina de este SANTO. Incapaz de sobrevolar los atascos de la M-40, pero al que transformar la puntería de los delanteros en una broma de mal gusto no le cuesta absolutamente nada. Pasarán entrenadores, presidentes y valientes que intentarán romper el hechizo de Iker con esos tres trozos de madera que le protegen como un hijo. Y el podrá quitale importancia o justificarse con escusas: '' Los porteros estamos para eso, para intentar salvar las pelotas'', escusas que no convencen a nadie, solo Iker conoce la receta del SANTO.
Queridas barreras, sigan protegiendo a este SANTO, el madridismo y España se lo agradecerán.
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