martes, 15 de noviembre de 2011

100+20+7=127.

Os invito a realizar un ejercicio de memoria. Venga a ejercitar nuestra memoria, algunos, de pez, pero ahí vamos, hagamoslo. Intendad recordar los grandes momentos de la selección española. ¿Ya? ¿Cuál es el denominador común de todos ellos? Exacto. Iker Casillas. Suyas fueron las manos que levantaron la Eurocopa de 2008 y suyas fueron las que llevaron al cielo surafricano la Copa del Mundo que acreditaba a España como el mejor equipo del planeta el 11 de julio de 2010. Pero hay más, continuemos. Es imposible no recordar sus manos en aquellos penaltis en cuartos ante Italia, esos que por lo menos a mi me pusieron los pelos de punta y a día de hoy me emocionan, el mano a mano con Robben en la final del Mundial, el penalti parado a Paraguay en cuartos.. Hasta su determinante actuación en la tanda de penaltis en el Mundial de Japón y Corea en 2002. Casillas siempre ha estado ahí, por España.
Me siento realmente orgullosa de poder decir que si el pasado sábado el gran motivo de mi vida igualaba a Zubizarreta como el futbolista que más veces había vestido la camiseta de la selección española, hoy, en apenas unas horas, va a superarlo.

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