viernes, 6 de enero de 2012

Noches de fin de año.

La bola se ha parado a medio camino. Está ahí, suspendida para recordarnos que antes de abrir el champán y celebrar el año nuevo, debemos pararnos y pensar en el año que ha terminado. Recordar todos nuestros triunfos y nuestros errores. Las promesas que no hemos cumplido. Las veces que nos hemos abierto a grandes aventuras. Y las que hemos cerrado la puerta por miedo a ser dañados. Porque en eso, consiste el año nuevo. Es otra oportunidad. Una oportunidad para perdonar. De ser mejores. De hacer más. De dar más. De amar más. Y dejar de preocuparnos por el… ¿y si? Y abrirle los brazos a lo que venga. Cuando esa bola caiga a media noche. Recordemos ser buenos los unos con los otros. Ser amables con el prójimo. No solo hoy, sino todo el año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario